La piel de la vida, de Karmelo C. Iribarren

por carles66

images (5)Mucho se ha escrito (afortunadamente) sobre la vigencia de los clásicos en este nuestro mundo lleno de ciénagas movedizas y conductores suicidas. No pretendo, pues, añadir nada a lo ya dicho, entre otras cosas porque sería incapaz. Pero la lectura de este libro de Iribarren (Ediciones de Baile del Sol, 2013) me ha llevado a pensar en la cuestión y aventurarme a lanzar una idea, nada nueva, pero que llevo cosida a la piel como otros llevan tatuado el nombre de su primer amor: en los clásicos nos reconocemos, sabemos que no estamos solos y que, con un poco de suerte, no acabaremos siendo peores de aquellos que nos precedieron. Estoy convencido de que uno de los objetivos de cualquier propuesta artística no es (que me perdonen los modernos) decir nada nuevo (!!!) sino decirlo a nuestra manera para empatizar con aquellos que ya vivieron lo que nosotros vivimos, que pensaron lo que nosotros pensamos, que sintieron lo que nosotros sentimos. Y para que vean que esto es posible, aquí tienen dos poemas hermanos sin que uno estorbe al otro, como dos joyas de un mismo joyero que, lejos de rivalizar, se saben herederos de una misma existencia (copio el de Karmelo y remito al lector al soneto XXXVIII de Garcilaso de la Vega):

 

Creí que, como el mar
una noche de verano, tu sonrisa
me invitaba a sumergirme
(únicamente
a mí)
en tus aguas
profundas.
Pero salió la luna
y vi la playa llena
de exhaustos nadadores.

Karmelo C. Iribarren

9788415700425