Emmaús, de Alessandro Baricco
Confieso que el estilo de Baricco me gusta, recuerdo el descubrimiento que suposo para mi leer Seda, y hasta ahora. El libro que hoy me ocupa, y que he leído en catalán, en la edición de La Magrana, traducción de Laia Font Mateu, no desmerece al gran escritor italiano. En la novela nos encontramos con una serie de personajes que viven una adolescencia difícil, sometidos a influencias diversas que no acaban de saber encajar. Una «educación» religiosa, en la que el sentido de la culpa (como la del deber) está muy presente, la vivencia del auténtico sentido de la plabara «amistad», el sexo… Son personajes que van aprendiendo sobre la marcha, haciendo conjeturas, cometiendo errores, celebrando sus aciertos. Una de las reflexiones que saco tras su lectura es que son personas que no han tenido un maestro, en la novela no aparece ningún personaje (ni los padres, ni el cura, ni los maestros…) que ejerza una cierta «referencia moral» para estos jóvenes que les pueda servir de faro. La religión, entendida como una especie de guía a seguir, un moralismo vacío de contenido, no ayuda tampoco en esta empresa. El sentido trágico de la vida de estos muchachos, junto a la de Andre, demuestra en que puede convertirse una vida cuando, al despertar a la vida adulta, se da cuenta de que no dispone de las herramientas necesarias para encarar los problemas a los que tiene que enfrentarse. La educación, una vez más, se revela como ese espacio indispensable para poder compartir, entre jóvenes y adultos, el maravilloso reto que supone la vida. ¡Feliz lectura!